A través del tiempo la capsulitis adhesiva o también conocida como hombro congelado ha sido una de las patologías cuya causa es desconocida con un curso variable. Esta es una alteración que se produce en la articulación del hombro y que desencadena dolor regional en esta zona, así como una pérdida progresiva de la movilidad del mismo.
¿Qué es la capsulitis adhesiva?
También conocida como hombro congelado, es una lesión de hombro y se caracteriza por la pérdida progresiva de la movilidad del mismo y que está acompañada de un dolor difuso que predomina en la región anterolateral.
Los tejidos que se encuentran alrededor de la articulación se vuelven más rígidos forman tejido cicatrizal y mover el hombro se vuelve más difícil y doloroso, está afección suele aparecer de manera lenta y posterior a ello desaparece lentamente en el transcurso de un año o incluso puede llevar más tiempo.
La capsulitis adhesiva tiene una incidencia entre un 3 a un 5% en la población en general.
La presencia de esta patología se estima entre un 16 y un 26% y constituye la tercera causa más frecuente de consulta entre las afecciones del sistema osteomioarticular en la atención primaria.
¿Cuáles son los tipos de capsulitis adhesiva?
Existen dos tipos diferenciados de hombros congelados según Ortiz (2010):
- Hombro congelado primario: presente generalmente en aquellos pacientes en los que no se encuentra ningún factor que incita al surgimiento de la patología y que no presenta ninguna anormalidad en observación.
- Hombro congelado secundario: surge en aquellos pacientes donde ha habido una acción traumática, el hombro congelado está asociado a dolores por infarto de miocardio, patologías inflamatorias, entre otros.
¿Cuáles son los síntomas del hombro congelado?
Los principales síntomas, los cuales caracterizan al hombro congelado o a la capsulitis adhesiva, son: el dolor, pérdida de la capacidad funcional que dificulta al paciente a realizar los movimientos que son normales en el hombro.
Esta patología se desarrolla generalmente en tres etapas las cuales son referidas por Pinheiro (2019):
- Fase dolorosa o inflamatoria: el cuadro de esta patología inicia de manera progresiva con dolor con el movimiento que llega a ser demasiado intenso y puede causar pérdida gradual de la capacidad de mover el hombro. Los síntomas en general empeoran con el transcurso de los días y suelen agravarse en la noche. Esta fase dura aproximadamente entre 2 a 9 meses.
- Fase congelamiento o rigidez: posterior a la etapa inflamatoria el dolor comienza a disminuir, no obstante, la rigidez del hombro se vuelve mucho más intensa lo que hace prácticamente imposible la movilidad. Durante esta etapa que dura aproximadamente entre 4 a 12 meses la incapacidad funcional no está directamente relacionada con el dolor, sino que simplemente el paciente no puede mover el hombro como antes porque el mismo se encuentra duro o congelado, generalmente en esta etapa el dolor ocurre cuando el paciente intenta mover el hombro más allá de lo que puede.
- Fase de recuperación o descongelamiento: después de un año de que haya surgido esta alteración, el hombro comienza a "descongelarse", el paciente poco a poco recuperará la capacidad para mover el hombro de manera amplia y el dolor desaparecerá totalmente. Esta fase se puede completar entre 5 a 24 meses.
En relación con la evolución de esta enfermedad la misma variará según cada caso, suele ser común que en pacientes con esta alteración se produzcan limitaciones en sus actividades normales de la vida diaria durante aproximadamente 2 años.
Algunos de los pacientes que padecen de esta alteración pueden permanecer con secuelas perdiendo de manera definitiva la movilidad del hombro de un aproximado de un 15%.
En concordancia con lo explicado anteriormente un estudio también demostró que cada manifestación dividen en diferentes etapas:
- Etapa de bloqueo motor: donde cualquier movimiento de la cápsula del hombro genera dolor y la amplitud del movimiento de esa parte del cuerpo comienza a estar limitada.
- Etapa rígida: en la cual el dolor puede comenzar a disminuir, sin embargo, el hombro se vuelve rígido y es cada día más difícil usarlo.
- Etapa descongelamiento: la amplitud de movimiento del hombro comienza a mejorar.
El dolor que caracteriza la capsulitis adhesiva es por lo general un dolor fijo o continuo. De manera típica en la primera etapa del curso la enfermedad. Este dolor se encuentra localizado en la zona exterior del hombro y en ocasiones también puede afectar el brazo resultando aún más discapacitante.
¿Cómo se diagnostica a la capsulitis adhesiva?
El diagnóstico de esta patología se obtendrá a través de la realización de una historia clínica la cual marcará al diagnóstico diferencial de esta patología.
El diagnóstico del hombro congelado se basa prácticamente en historia clínica y examen físico.
Esa patología por definición se trata de una condición idiopática por lo que se debería realizar el diagnóstico por exclusión.
Aunque un sinfín de condiciones pueden precipitar la aparición de la misma debe descartarse numerosas lesiones como: rotura del manguito rotador, fracturas, luxaciones sin diagnosticar, tendinitis calcificadas, parálisis, tumores, dolor irradiado, necrosis avascular, enfermedades óseas, entre otras.
Para obtener un diagnóstico adecuado se deben realizar exámenes imagenológicos sobre todo para descartar las patologías mencionadas anteriormente.
Los exámenes aplicados son los de rayos x, donde las estructuras densas como los huesos pueden observarse de manera clara, por lo tanto los rayos x podrán mostrar otros problemas en el hombro como las osteoartritis.
A través de la resonancia magnética y el ultrasonido se podrán crear mejores imágenes de los problemas de los tejidos blandos, como por ejemplo, una rotura del manguito rotador.
Rehabilitación para la capsulitis adhesiva
Los ejercicios terapéuticos proporcionan numerosos efectos beneficiosos para todos los componentes que corresponden al sistema musculoesquelético evitando en muchos casos la cirugía. En este caso los elementos tisulares de la región que corresponde al hombro.
- La propiocepción es un mecanismo que desempeña un papel importante en la estabilidad, donde también actúan otros mecanismos somatosensoriales como la temperatura.
La función de la propiocepción es que esta permite conocer la posición que tiene la articulación tanto de forma consciente como manera inconsciente, los husos neuromusculares son fundamentalmente necesarios en la sensación de movimiento articular en el espacio y en el rango de movimiento.
Los mecanorreceptores se ven alterados cuando hay una lesión o por una inmovilización lo genera como consecuencia que se tienda a una inestabilidad articular.
El sistema de la propiocepción se basa fundamentalmente en la detección de las diferentes posiciones del músculo, tensión y velocidad del movimiento. Para esto existen diferentes mecanorreceptores los cuales se encargan de enviar a las vías aferentes esta información para analizar que ocurre en el músculo. Dichas vías preferentemente sensitivas van hasta la parte posterior de la médula espinal.
En el sistema propioceptivo existen diferentes receptores nerviosos y todos se encuentran en el complejo musculotendinoso y en la articulación, los más conocidos son el huso neuromuscular dentro de la propia contractura muscular y los órganos tendinosos de Golgi receptores de los ligamentos y de las cápsulas articulares, los cuales parecen cobrar más relevancia cuando el complejo musculotendinoso está dañado.
A través de esta parte se ha sentido en diferentes reflejos básicos que permiten el ajuste no detenidos en los componentes estabilidad propios de la articulación los cuales envíen información de manera constante sobre la posición del cuerpo Brad alargamiento acortamiento y tensión muscular.
Estos ejercicios ya están también diseñados para integrar el trabajo sobre el control de la postura equilibrio estabilidad interacción sensorial etcétera.
Los ejercicios propioceptivos son una herramienta importante que logra la recuperación funcional del paciente con hombro congelado, además de desempeñar un papel fundamental en el programa terapéutico, apoyando a las terapias convencionales.
Estos ejercicios permiten en poco tiempo aliviar el dolor del hombro, así como recuperar la funcionalidad del mismo y la movilidad articular en pacientes que han sido diagnosticados con una capsulitis adhesiva
- La terapia manual también es una opción, la cual es utilizada para el tratamiento de este tipo de patologías, se emplean técnicas como movilizaciones dentro de las cuales se usan las movilizaciones de alto y de bajo grado y el uso de las diferentes técnicas como la de Maitland, Kaltenburn y Mulligan.
Además de esto también se realizan masajes transversos profundos según las técnicas de Cyriax.
En la capsulitis adhesiva el movimiento que está acompañado de un dolor difuso y que está relacionado con numerosas causas y cambios patológicos que ocurren en la zona normalmente se caracteriza por poseer síntomas que empeoran con el tiempo y luego se resuelven. El tratamiento de la misma está comprendido por numerosos ejercicios que permitan aumentar la amplitud de movimiento, ejercicios de propiocepción y terapia manual, los cuales permiten una recuperación satisfactoria del paciente que padece este tipo de enfermedad.
Esta patología obliga a los profesionales encargados a realizar una historia clínica de manera detallada con la finalidad de poder emitir un diagnóstico preciso y aplicar un tratamiento adecuado para mejorar los síntomas relacionados con la misma. En las redes de clínicas FisioClinics el principal objetivo es combatir todas aquellas patologías relacionadas con el aparato musculoesquelético que pueden afectar la calidad de vida de las personas.