Se puede decir que las lesiones de rodilla son cada vez más comunes sobre todo en deportistas los cuales están sometidos a un gran estrés muscular por el esfuerzo físico que realizan, siendo la tendinitis rotuliana una de las más comunes afectando la salud causando un dolor y limitación muy grande, para ello se propone un abordaje dentro de la fisioterapia para mejorar la sintomatología y lograr el regreso a las actividades diarias.
Para éste tipo de lesiones sin duda será necesaria la intervención de la fisioterapia deportiva haciendo un enfoque directo en la actividad funcional del atleta buscando la rehabilitación y readaptación a los gestos deportivos dentro de su área de desempeño, por tanto se aplica un abordaje especializado para dicho caso.
Sin embargo, antes de entrar de lleno al tratamiento es importante resaltar algunos conocimientos anatómicos de relevancia que ayudarán a entender el origen biomecánico de la lesión.
Estabilizadores activos del complejo articular de la rodilla
Se habla principalmente de los músculos que tienen participación en la movilización activa de la rodilla y que de una manera u otra trabajan de manera excéntrica para proporcionar una estabilidad correcta en dicha zona, dentro de ellos se puede destacar principalmente los siguientes:
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Músculo cuádriceps: Quizá uno de los más voluminosos del cuerpo, está conformado por tres (3) vastos uno medial, intermedio y lateral respectivamente al igual que un recto anterior o femoral, dichos vientres musculares parten todos a nivel de la cadera y cuerpo del fémur para converger en un tendón común denominado tendón rotuliano, siendo muy potente, el mismo recubre por encima a la rótula o patela para insertarse a nivel de la tuberosidad de la tibia, su principal acción radica en realizar la extensión de la rodilla mediante una fuerza de tracción en sentido anterior sobre la tibia, su participación más importante se hace relevante durante el gesto de saltar, debido a que en el momento de impactar el suelo, es el tendón rotuliano quien participa en mayor proporción mediante una contracción excéntrica para evitar un daño mayor en la articulación y frenar el peso axial del cuerpo, en otras palabras, toda la carga o fuerza resultante de dicha acción se concentra mayormente sobre el tendón rotuliano para frenar al cuerpo al momento de la caída
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Músculos isquiotibiales: Compuestos por tres (3) vientres musculares denominados bíceps femoral, semimembranoso y semitendinoso respectivamente, los cuales tienen una inserción superior .a nivel de la tuberosidad isquiática recubriendo toda la parte posterior de la pierna para llegar a la cabeza del peroné, cara posterior de la tibia y pata de ganso respectivamente, siendo un grupo muscular muy fuerte, su acción principal radica en realizar la flexión de rodilla mediante una tracción posterior de la tibia y peroné, su función estabilizadora tiene inicio al momento de realizar un frenado o disminución de velocidad durante la carrera o sprint en donde la contracción excéntrica de los mismos será esencial para lograr detener al cuerpo de movimiento.
La coordinación biomecánica de éstos dos grupos musculares será muy importante para mantener un equilibrio dentro del complejo articular de la rodilla.
¿En qué consiste la tendinitis rotuliana?
También conocida como rodilla de saltador, es una afección que tiene lugar sobre el tendón rotuliano en donde ocurre un proceso inflamatorio y doloroso en dicha zona que se manifiesta por lo general en la cara anterior de la rodilla, siendo incidente principalmente sobre atletas y personas que mantienen una actividad laboral constante.
Se trata de una afección degenerativa e inflamatoria que tiene lugar sobre el tendón rotuliano…
Se puede decir, que el motivo principal de que la población más afectada sea la de los deportistas o atletas, es por el hecho de estar en un ambiente competitivo donde no existe un apropiado descanso o recuperación además de que la mayoría de ellos no suele manifestar o informar la presencia de dolor pudiendo empeorar los síntomas de la tendinitis rotuliana.
Dentro de la experiencia clínica podría decir que hay muchos otros factores que se pueden tomar en cuenta donde se resaltan los siguientes:
Factores intrínsecos
Donde se puede resaltar lo siguiente:
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Sobrepeso, gracias a que la carga axial se ve aumentada significando una mayor demanda funcional por parte de las estructuras estabilizadoras activas.
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Padecimiento de pie plano u alguna otra afección en el pie, ya que, de ésta manera las fuerzas del impacto producidas por el contacto del talón con el suelo serán mayores afectando considerablemente a la articulación de la rodilla.
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Sufrir de algún tipo de lesión a nivel de los meniscos, donde en éste caso se puede ver alterada la homeostasis del complejo articular de la rodilla siendo lesivo sobre sus estabilizadores
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Haber padecido de la enfermedad de Osgood Schlatter durante la niñez o periodo de crecimiento.
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Padecer de rodillas en varo o valgo, en donde la carga se verá distribuida en sentido medial o lateral dependiendo sea el caso pudiendo causar un estrés por sobre uso en el tendón rotuliano.
Factores extrínsecos
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Realizar una práctica incorrecta de la actividad o gesto deportivo, manteniendo malas posturas o algún otro que pueda desencadenar éste tipo de lesión.
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Usar un calzado poco ergonómico o no apropiado para el pie, en donde no se distribuyen las fuerzas de impacto correctamente.
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Practicar deportes como fútbol, gimnasia, básquetbol entre otros, sin mantener un buen descanso físico ni respetar los tiempos de recuperación muscular.
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Golpes o caídas que tengan incidencia directamente sobre la rodilla.
En tal sentido, es muy importante tener todos estos factores en cuenta, pues corregirlos será de mucha ayuda para poder garantizar la prevención en cuanto al padecimiento de ésta afección al igual que facilitar una recuperación completa y efectiva.
Asimismo, es importante conocer los síntomas y signos que pueden aparecer tras haberse instaurado ésta lesión, sabiendo que la inflamación local de la cara anterior de la rodilla es uno de los principales, existen otros que también pueden indicar ésta afección dentro de los cuales se pueden mencionar los siguientes:
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Aumento de la temperatura local, gracias al proceso inflamatorio que se produce gracias al proceso degenerativo y lesivo sobre el tendón
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Limitación del rango de movimiento, por lo general durante la flexo-extensión
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Puede existir crepitación al momento de caminar al igual que un sentimiento de inestabilidad articular o debilidad al momento de realizar la extensión de la rodilla.
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Hipersensibilidad ante el contacto con algunas superficies.
Así pues, se puede establecer que los síntomas generalmente son variables dependiendo de la gravedad, tiempo y si existe otro tipo de compromiso en conjunto a la lesión.
Desde el área de la fisioterapia, la evaluación será el pilar principal para poder saber cómo proceder en el tratamiento de ésta afección al igual que comprobar o descartar la presencia de la misma pues es común que a causa de una mala evaluación el tratamiento sea aplicado en la zona errónea, para ello, se debe cumplir con lo siguiente:
Evaluación de la postura
Primeramente, una vez evaluada la sintomatología presente, se debe comprobar la postura del paciente para poder comprobar o descartar la presencia de síndromes posturales, escoliosis, hiperlordosis o hipercifosis, disfunciones que crean un desequilibrio muscular generando compensaciones negativas para poder cumplir con necesidades funcionales, durante ésta evaluación el terapeuta debe necesariamente ubicarse al mismo nivel que la zona a observar, procurando mantener una línea horizontal imaginaria entre los ojos y dicha región.
Evaluación física y palpatoria
Siendo quizá una de las más importantes durante el proceso evaluativo pues en ésta etapa es donde realmente se podrá verificar mediante el tacto y la aplicación de distintas pruebas articulares como lo pueden ser movilizaciones activas y pasivas, musculares pudiendo hacer uso de la escala de “Daniels modificada” para valorar la fuerza muscular, de igual manera, comprobar el control motor y pudiendo hacer pruebas musculares específicas del cuádriceps, así mismo, se pueden hacer pruebas especiales de ser necesario para diferenciar la tendinitis de una lesión en los meniscos o ligamentos.
Evaluación de estudios radiológicos
Para comprobar en un 100% el estado de los tendones y demás estructuras que componen a la rodilla se puede hacer uso de estudios imagenológicos como la resonancia magnética o la tomografía computarizada.
Tratamiento para la tendinitis rotuliana
Dentro de la fisioterapia bien sea deportiva o convencional existen múltiples herramientas que se pueden usar para poder abordar dicha patología, personalmente he obtenido resultados positivos mediante el uso de las siguientes:
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Masaje transverso profundo: Donde a pesar de ser un tratamiento doloroso en el momento, se ha demostrado que ayuda a reorganizar las fibras de colágeno en su proceso regenerativo además de participar en la analgesia a largo plazo.
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Abordaje osteopático: En donde se facilita la analgesia y el aumento del rango articular en caso de tendinopatía rotuliana mediante la manipulación de los tejidos blandos y articulaciones.
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Uso de algún agente mecánico: como el ultrasonido o las ondas de choque favoreciendo la regeneración de los tejidos adyacentes a la rótula
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Aplicación de kinesiotape: También conocido como vendaje neuromuscular, el mismo se puede colocar directamente sobre el tendón rotuliano y sus efectos pueden variar dependiendo del corte y la forma que se le dé, en donde puede favorecer el drenaje linfático, analgesia del dolor y flujo sanguíneo.