Si bien, la epicondilitis suele ser una lesión por sobrecarga de los tendones extensores de la muñeca que comúnmente afecta a los jugadores que practican ciertos deportes tales como el de tenis, debido a que someten a la muñeca al uso repetitivo durante el raqueteo. Esta lesión puede volverse en un factor incapacitante para las actividades tanto diarias como deportivas. Acá, te estaré explicando cómo puedes tratarla desde las distintas técnicas de la fisioterapia.
Se ha evidenciado que el uso de equipos de última tecnología como EPI son sumamente efectivos para la pronta recuperación de estas tendinopatías, si quieres estar altamente capacitado en el uso de estas técnicas no te pierdas nuestro curso de Electrólisis Percutánea Intratisular
¿Qué es la epicondilitis?
La epicondilitis o comúnmente llamada codo de tenista, es una tendinopatía de los músculos extensores de la muñeca, presentando más prevalencia el tendón del músculo extensor radial corto.
¿Cómo se produce la epicondilitis o codo de tenista?
Se produce comúnmente en personas que realizan de forma frecuente y continua movimientos de prono-supinación de codo y extensión de muñeca. Provocando un dolor localizado en el epicóndilo lateral del húmero pudiéndose irradiar hacia la cara externa del brazo o antebrazo.
A parte de los movimientos repetitivos de codo y muñeca como causa de la epicondilitis, también pueden existir causas en cualquier eslabón de la cadena cinética mano-codo-hombro.
Existe una asociación entre la exposición biomecánica que involucra la muñeca y codo en la incidencia de la epicondilitis…
Incidencia de la epicondilitis
Este tipo de lesión de codo tiende a tener incidencia en los deportes de raquetas, especialmente en el tenis.
La epicondilitis lateral representa una prevalencia del 3% al 7% de la población y la mayoría de las personas que la padecen tienen entre 30 y 50 años de edad.
Síntomas de la epicondilitis o codo de tenista
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Dolor en la cara lateral del codo, que incrementa gradualmente al mover la muñeca
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Sensibilidad en la cara lateral del antebrazo.
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Debilidad muscular para el agarre de la mano y para levantar objetos.
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Dolor de codo al estirar la musculatura extensora.
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Los síntomas empeoran con la actividad y mejoran con el reposo.
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Limitación para desarrollar las actividades diarias tales como girar una llave, sacudiendo las manos o sostener la raqueta.
Factores que influyen en la aparición de la epicondilitis
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El golpeteo en la práctica deportiva, especialmente en el tenis.
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Técnica de golpe inadecuada y mala elección de equipo deportivo (raqueta).
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Traumatismo directo o caídas en el epicóndilo lateral.
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La edad.
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Actividades ocupacionales o labores que requieran el uso repetitivo de los músculos del antebrazo.
¿Cómo se diagnostica la espondilitis?
Inicialmente se realiza una valoración subjetiva en donde se realiza una recolecta de la mayor información posible, para saber cuáles son las actividades que provocaron los síntomas, cómo fue que se desarrollaron y si hubo algún factor de riesgo ocupacional o deportivo. Luego se realizará una valoración física en donde se evalúa la fuerza, movilidad, sensibilidad, funcionalidad y se aplican una serie de pruebas diagnósticas que evidencien el compromiso del tendón del extensor radial corto del carpo, para así descartar que no sea otra patología.
Tratamiento fisioterapéutico
Actualmente la fisioterapia dispone de opciones de tratamiento que están dando muy buenos resultados.
Debido a que la epicondilitis es una tendinopatía y el tratamiento por excelencia debe ser el ejercicio terapéutico basado en la programación de cargas en el tendón afectado.
Tratarla únicamente con terapias pasivas tiene un alto riesgo de recurrencia, sobre todo en tendinopatías degenerativas asociadas al deporte…
Aparte del ejercicio terapéutico, existen dos técnicas complementarias al ejercicio que reducen el dolor, mejoran la función y supuestamente participan en el proceso de reparación del tendón:
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EPTE o EPI: ambas son técnicas invasivas, consisten en introducir una corriente galvánica en la zona del tendón degenerado mediante una aguja de acupuntura con el fin de crear una respuesta inflamatoria y activar el proceso fisiológico de reparación. EPTE aboga por utilizar intensidades bajas con largo tiempo de aplicación en la descarga y EPI por intensidades altas con menos tiempo de aplicación, siendo EPI más dolorosa.
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Ondas de choque: Las ondas de choque causan microscópicos efectos biológicos fomentando la regeneración de los tejidos. Tienen efecto analgésico, antiinflamatorio, participa en la formación de nuevos vasos y elimina los depósitos de calcio.
EPI/EPTE y Ondas de choque son las dos terapias pasivas más utilizadas en la tendinopatía, aunque en la actualidad también se utilizan otras alternativas que principalmente sirven para reducir la sintomatología por un corto periodo de tiempo.
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Fibrólisis diacutánea: La Fibrólisis diacutánea se basa en la aplicación de unos ganchos entre los tabiques musculares con el fin de romper adherencias y mejorar la mecánica muscular.
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Neuromodulación del nervio radial: La neuromodulación consiste en la aplicación de una corriente tipo TENS mediante una aguja de acupuntura próxima al nervio periférico a tratar, con la finalidad de mejorar la respuesta de los tejidos inervados por el nervio modulado. En el caso de la epicondilitis, modular el nervio radial mejora la respuesta de los músculos extensores de la muñeca y disminuye el umbral del dolor, dando alivio.
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Punción seca: La punción seca consiste en la introducción de agujas de acupuntura en los puntos gatillo miofasciales con el objetivo de modular el dolor y de restablecer el tono de la musculatura.
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CYRIAX (masaje transversal profundo) se aplica con el fin de reorganizar la formación de las nuevas fibras colágenas.
Si estás siendo tratado de una epicondilitis con únicamente terapias pasivas como las mencionadas con anterioridad, tienes altas posibilidades de recaer en la sintomatología, debido a que hay que adaptar el tendón a las cargas mediante el ejercicio para poder ver los resultados. La combinación de ambas técnicas si resulta beneficiosa para la recuperación del paciente.
Ejercicio terapéutico para el codo de tenista
El proceso es el mismo que para cualquier tendinopatía con la diferencia de que cada tendón requiere de ejercicios en particular.
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Se inicia el trabajo isométrico de la musculatura extensora de muñeca, 3 veces al día, con un intervalo de 48 horas de recuperación y de una duración de contracción de 30 segundos. El ejercicio isométrico es la mejor opción para reducir el dolor. Los ejercicios isométricos deben ser de una intensidad de un 70% de la contracción isométrica máxima sin llegar a la fatiga y de una duración no inferior a los 30 segundos.
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Si a la siguiente sesión de entrenamiento el dolor ha disminuido, aumentar el tiempo de contracción isométrica a 40 seg., o la carga, siempre y cuando el dolor no sea superior a 4 en la escala de EVA.
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Si al aumentar el tiempo de contracción isométrica o la carga el dolor aumenta a 5 o 6, mantener tiempo de trabajo y carga.
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Si al aumentar el tiempo de contracción isométrica o la carga la valoración del dolor es de 7, disminuir tiempo de trabajo y carga.
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Cuando se es capaz de realizar un minuto de contracción isométrica con un umbral de dolor que no sobrepase el 4, se inicia el trabajo isotónio alternado con el isométrico a días alternos.
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Existen diversas formas de programar fuerza, entre ellas un protocolo HSR. El ritmo de ejecución debe ser lento evitando picos de velocidad y el ejercicio a utilizar será el mismo, pero en dinámico. De la misma manera que en la isometría, no superar el nivel de dolor 4 en la escala del 1 al 10.
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Una vez se ha finalizado la fase de fuerza analítica se empiezan a introducir ejercicios que impliquen una cadena cinética más compleja.
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En deportistas que lo requieran, en la última fase debe incluirse trabajo pliométrico y de velocidad para adaptar al tendón a las demandas del deporte.
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Los ejercicios deben de hacerse en las dos extremidades debido a que se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza unilateral mejora la fuerza muscular tanto en el miembro entrenado como en el no entrenado. Una de las teorías más aceptadas es que la mejora del rendimiento se debe a las adaptaciones en el sistema nervioso, específicamente en la corteza motora primaria. Es la llamada, educación cruzada.
Cabe destacar que cada una de estas técnicas y herramientas terapéuticas deben de ser estudiadas para poder aplicarlas en el paciente, ya que protocolizar sería inadecuado. Cada paciente es distinto, la mejor opción será realizar un buen diagnóstico que determine el mejor tratamiento en base a las capacidades y necesidades del paciente. Aunque sin duda alguna el ejercicio terapéutico es sumamente efectivo para mejorar esta tendinopatía.
La clave de esto es la prevención, si se realiza un plan de intervención en fisioterapia preventivo, el deportista que padece codo de tenista podrá evitar el riesgo de una intervención quirúrgica, que podría alterar el desempeño deportivo.
La fisioterapia sigue siendo la mejor opción para el tratamiento conservador de este tipo de lesiones. Ya que, aporta múltiples beneficios que ayudan a corregir las compensaciones y anormalidades biomecánicas que influyen en la fuerza, flexibilidad y resistencia de los músculos extensores del codo. Todo con el objetivo de disminuir la sintomatología y brindar salud y bienestar a los pacientes.