La fractura de cadera es otra de las lesiones de la pelvis que tiende a incapacitar con frecuencia a los adultos mayores de 60 años. Esta lesión se asocia a un alto índice de mortalidad, es una de las lesiones graves más comunes en el anciano y la causa más frecuente de ingreso hospitalario en las unidades de traumatología y ortopedia. A continuación, te estaré explicando cuál es su tratamiento desde la fisioterapia.
¿Qué es una fractura de cadera?
La fractura de cadera es la rotura o discontinuidad ósea de los huesos de la cadera, en el extremo proximal del fémur, donde se une a la pelvis.
¿Cómo se produce la fractura de cadera?
La causa de esta fractura consta de una multitud de factores que ponen en riesgo de caída a las personas mayores, algunos de ellos son: las alteraciones de la visión (cataratas, presbicia, degeneración macular), pérdida de equilibrio, disminución de la fuerza muscular. La disminución de la calidad del hueso por osteoporosis (sobre todo en mujeres) hace susceptible a esta articulación a fracturarse.
También, el riesgo de caída se debe a cambios neuromusculares asociados a la edad, deterioro general, enfermedades neurológicas que alteran el aparato locomotor (enfermedad de Parkinson, enfermedades cerebrovasculares), estados confusionales (demencia senil), entre otros. Además, hay disminución de los mecanismos de defensa ante la caída, fragilidad y comorbilidades como diabetes, enfermedad hipertensiva, cardíaca, hepática y/o renal, entre otras.
Las fracturas de cadera por lo general son provocadas por una caída…
Tipo de fractura de cadera
En general estas fracturas pueden clasificarse dependiendo del lugar de la lesión. Siendo su clasificación la siguiente:
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Entre la cabeza femoral y los trocánteres: podemos encontrar la fractura del cuello femoral, inferior a la cabeza del fémur y la que se produce en la base del cuello.
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En la región de los trocánteres: afectan al trocánter mayor y al trocánter menor.
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Por debajo de los trocánteres: estas pueden lesionar el cuerpo del fémur.
Incidencia de la fractura de cadera
En España, la incidencia es de 100 casos de 100.000 habitantes al año. La edad media se sitúa alrededor de los 80 años y es más frecuente en mujeres.
Pero también se da en jóvenes tras sufrir traumatismos de alta potencia, en deportistas por fracturas de estrés o en niños por displasias de cadera
Síntomas de la fractura de cadera
Al momento de la fractura es posible que experimente los siguientes síntomas:
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Dolor intenso en la cadera o en la pelvis.
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Dificultad para caminar.
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Es posible que la pierna lesionada se vea más corta que la otra pierna y en rotación externa.
¿Cómo se trata una fractura de cadera?
La mayoría de las personas que tienen fracturas de cadera necesitan cirugía para asegurarse de que la pierna se cure en forma adecuada. Normalmente suele ser necesario el empleo de material de osteosíntesis (placas y tornillos) para su reparación, aunque, en ocasiones, se opta por reemplazar toda la articulación de la cadera por una prótesis completa o artroplastia.
¿Qué tan grave puede llegar a ser la fractura de cadera?
La inmovilidad que provoca esta lesión produce una alta morbilidad debido a los riesgos de trombosis, embolias y otras afecciones como úlceras por presión e infecciones
El 30 % de los pacientes que han sufrido una fractura de cadera pueden fallecer en los 6 primeros meses…
Las fracturas en pacientes de edad avanzada dependiendo del lugar y de su clasificación pueden producir múltiples problemas de salud y complicaciones, ya que en muchas ocasiones se pueden acompañar de hemorragias y de inmovilización. Por eso en el caso de los adultos mayores se pueden encontrar algunas complicaciones médicas, entre las que destacan:
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Debilidad muscular y atrofia producto de la inmovilización prolongada.
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Disminución de la amplitud articular.
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Afectación del sistema vascular, problemas circulatorios, esto podría ralentizar el proceso de cicatrización.
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Procesos infecciosos urinarios por la cercanía de la fractura con las zonas genitales.
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Úlceras por presión (escaras) debido a que no se moviliza y pasa muchas horas en la misma posición.
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Limitaciones en las actividades cotidianas que se extienden en el tiempo.
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Acumulación de sangre y aumento de riesgo de lesiones vasculares, tal como son los aneurismas y trombos.
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Otras afecciones de salud por infecciones, osteítis y osteomielitis.
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Afectación del cartílago articular y aparición de artrosis o artritis.
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Daños en los nervios generalmente por estiramiento, compresión o rotura de la fibra nerviosa
Fisioterapia geriátrica preventiva
La fisioterapia preventiva va a mejorar la capacidad física del adulto mayor, para evitar tropezones, mejorar la coordinación, el equilibrio y aumentar la fuerza muscular. Se debe recalcar la importancia del mantenimiento de la actividad física en las personas mayores. En cualquier caso, desde la fisioterapia podemos ayudarte a trabajar estas capacidades con planes de ejercicio preventivos personalizados acordes con sus condiciones.
Diagnóstico fisioterapéutico en la fractura de cadera
Normalmente el paciente acude a nosotros luego de la intervención quirúrgica, así que nuestro diagnóstico se va a centrar en la movilidad, fuerza y funcionalidad del paciente.
Aunque, para llegar al diagnóstico de la fractura de cadera nos basamos en la clínica, la que proporciona un gran número de signos característicos que la diferencian de otras patologías. Pero es indispensable el estudio radiológico para clasificar la fractura.
Valoración fisioterapéutica
Antes de comenzar el tratamiento se realiza una completa exploración fisioterapéutica, la cual nos indica el estado inicial del paciente. Se inicia con la valoración subjetiva en donde se recolecta información sobre la sintomatología y luego se lleva a cabo la exploración física. Todo esto se hace con el fin de orientarnos hacia las técnicas de fisioterapia más indicadas según su evolución, también nos será útil a lo largo del periodo rehabilitador para cuantificar la evolución del paciente.
Tratamiento fisioterapéutico Postoperatorio
Para el tratamiento de estas patologías debemos tener en cuenta la edad del paciente, enfermedades asociadas, tipo de fractura, intensidad del daño y los recursos disponibles.
Después de una operación de fractura de cadera, la terapia de rehabilitación se iniciará tan pronto como sea posible, por norma general dentro de las 24 horas posteriores a la intervención quirúrgica. Los objetivos iniciales de la terapia son mantener el nivel de fuerza anterior a la fractura (conservando la movilidad y evitando la pérdida de tono muscular) y evitar problemas de salud derivados de la permanencia en cama. Otro objetivo es prevenir la rigidez articular que podría ocasionar posturas viciosas que afectaría definitivamente la marcha y la estabilidad.
El objetivo principal es el restablecimiento de la capacidad que tenía la persona para caminar antes de la fractura...
A las 48 horas se recomienda la bipedestación con ayuda, normalmente, de un caminador, con el fin de adiestrarlo para agilizar su rehabilitación y evitar caídas.
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Crioterapia, se aplica con el fin de reducir la inflamación y provocar un efecto analgésico, Se aplica al finalizar la terapia.
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Terapia acuática, es sumamente beneficiosa para aportar mayor confianza en el paciente para realizar la terapia sin miedo a caerse (se usa una vez que la cicatriz consolide).
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Fisioterapia respiratoria: ejercicios respiratorios con el fin de reducir la aparición de infecciones o complicaciones respiratorias producto de la intervención.
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Ejercicio terapéutico: En general, los ejercicios a realizar serán de intensidad progresiva durante todo el proceso de la rehabilitación. Durante las dos primeras semanas perseguimos el mantenimiento de un buen tono muscular y movilización precoz de la cama al sillón. De esta manera se evitan complicaciones que pueden aparecer por el encamamiento.
Fase 1 Ejercicios en cama
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Contracciones isométricas del cuádriceps.
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Contracciones isométricas de los aductores de cadera
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Potenciación de la musculatura glútea (elevaciones de cadera).
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Fortalecimiento de los isquiotibiales.
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Movilizaciones activas de flexo-extensión de tobillo, rodilla y cadera en descarga, para mejorar la movilidad de las articulaciones, fortalecer la musculatura. Además, para desinflamar y causar alivio.
Fase 2 Ejercicios con descarga de peso
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Reeducación de la marcha, con el fin de trabajar la musculatura estabilizadora de cadera y además enseñar la correcta ejecución de la marcha con aditamentos.
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Ejercicios de equilibrio y coordinación
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Ejercicios propioceptivos
Fase 3 de vuelta a la función
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Ejercicios funcionales, para trabajar los grupos musculares con el fin de tener mayores habilidades para realizar las actividades diarias.
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Ejercicios de equilibrio y coordinación.
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Ejercicios propioceptivos.
Recomendaciones durante el proceso de recuperación
Luego de la intervención es sumamente importante que siga estas recomendaciones durante al menos 6 semanas, para que la cirugía resulte exitosa:
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No flexione la cadera más de 90º.
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No cruzar las piernas una sobre otra.
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No realizar rotación interna de cadera.
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Tenga cuidado al levantarse de la cama, una silla o al levantar un objeto del piso.
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Dormir boca arriba.
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Ten cuidado al ponerte los calcetines o zapatos.
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Cuidado con los giros bruscos.
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Utiliza un calzado que no te haga resbalar.
El tratamiento va encaminado a reincorporar al paciente a la actividad de la vida diaria lo más pronto posible. Para estos pacientes la rehabilitación es de gran importancia, ya que al no realizar un tratamiento fisioterapéutico surgirán las consecuencias que podrían desfavorecer el estado de salud del adulto mayor. Por eso, es fundamental un tratamiento inmediato, para reducir dichos factores de riesgo.
El tratamiento va encaminado a reincorporar al paciente a la actividad de la vida diaria lo más pronto posible…
Con un correcto y oportuno tratamiento rehabilitador se podrá disminuir circunstancialmente la morbimortalidad por fractura de caderas, así como las incidencias de sus complicaciones.
Para esto es fundamental tener conocimiento de la anatomía y fisiología esta articulación, así como la aplicación de un tratamiento adecuado, a fin de evitar las complicaciones. La fisioterapia postoperatoria puede contribuir a que esta terrible lesión cause menos estragos dentro de nuestra población anciana.