Las contracturas musculares en la región dorsal y lumbar son una de las principales causas que puede desencadenar el dolor de espalda, existen múltiples factores que pueden conllevar al surgimiento de estas contracturas. A lo largo de este artículo hablaremos acerca de las mismas, su tratamiento y cómo se pueden prevenir.
¿Qué son las contracturas musculares?
La contractura muscular no es más que la contracción de manera persistente e involuntaria de un músculo específico. Una contractura muscular puede ser la causa principal del dolor de espalda.
¿Contractura muscular como causa del dolor de espalda?
Las contracturas musculares de espalda aparecen esencialmente cuando se le exige al músculo un trabajo que supera los límites que este puede realizar, bien sea intenso o puntual, por ejemplo, un esfuerzo excesivo mantenido pero que no es intenso, como cuando una persona se mantiene por horas en una postura incorrecta. Por otro lado, algunas alteraciones de la columna o desequilibrios de la musculatura que la rodea puede favorecer a que los grupos musculares trabajen de manera constante más de lo necesario, lo que predispone indudablemente al surgimiento de una contractura.
De igual forma esto puede ocurrir cuando hay escasez de potencia de la musculatura y a la misma se le exigen esfuerzos que exceden de manera absoluta su capacidad.
Un ejemplo de ello ha sido demostrado en algunos estudios científicos, donde se evidencia que la musculatura paravertebral es simétrica; la de la región izquierda y derecha tiende a ser similar, con independencia de que la persona sea diestra o zurda.
En el caso de pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente en la región de la espalda, la musculatura paravertebral se puede atrofiar hasta un 80% en relación al lado que se encuentra sano, facilitando el reparto asimétrico de las cargas, la sobrecarga muscular o de los discos vertebrales y el surgimiento de nuevos episodios de dolor.
En estas situaciones el empleo de ejercicios adecuados es fundamental para cada caso específico, para poder contrarrestar la tendencia y evitar la repetición de los episodios.
Mecanismos que ocasionan la contractura muscular de espalda
La contractura que surge en un músculo activa de manera directa los nervios que perciben el dolor que se encuentran en él, esto desencadena entonces el dolor de espalda. Aunado a ello, el músculo que se encuentra contracturado puede llegar a comprimir la arteria, lo que genera como consecuencia disminución en el riego sanguíneo. Gracias a ello se genera un círculo vicioso donde el músculo con menor riego sanguíneo tiende a contracturarse más fácilmente, además que al no tener suficiente riego sanguíneo activa más las terminaciones nerviosas encargadas de transmitir el dolor.
En caso de que esta situación se mantenga en un periodo prolongado o sea repetida con frecuencia, el músculo se contractura cada vez con mucha mayor facilidad. El ejercicio físico y la terapia manual son adecuados para combatir esto.
¿Puede un dolor de espalda causado por otro factor desencadenar una contractura muscular?
Independientemente cual sea el motivo, el dolor de espalda en sí puede ser el causante de una contractura muscular, gracias al mecanismo reflejo.
En estas situaciones, las contracturas no son la causa principal del dolor, sin embargo, resulta ser un factor añadido que puede empeorarlo, además de ser agravado por algunas de sus causas.
Un ejemplo, es si hay una presencia de una hernia discal dolorosa, la contractura muscular puede generar un aumento de la fuerza de compresión directa sobre el disco y facilitar así la salida del núcleo pulposo, empeorando la condición y promoviendo a una mayor compresión de las estructuras nerviosas adyacentes.
¿Cuál es la sintomatología de la contractura muscular?
Los principales síntomas característicos de las contracturas musculares son el dolor y la limitación al movimiento. Estos parámetros ofrecen un amplio abanico de gravedad, debido a que en algunos casos las contracturas pueden pasar de ser pequeñas molestias sin incapacidad alguna a ser lesiones completamente invalidantes.
Esta sintomatología oscila en función a dos parámetros: zona afectada y la extensión de la contractura.
- En relación a la zona afectada podemos encontrar que en las regiones altas del cuerpo, como es en la región cervical, las contracturas pueden desencadenar cuadros agresivos como mareos, vértigos y migraña… Un síndrome de escalenos, que es el atrapamiento de paquete vásculo-nervioso del cuello debido a la contractura del vientre de los músculos escalenos, sensación de pesadez del brazo, dolor profundo y parestesia.
Un ejemplo claro de este parámetro es en el músculo piramidal, donde el mismo aumenta su grosor debido a la contractura y comprime las estructuras adyacentes y puede inducir al surgimiento de una falsa ciática.
- La extensión de la contractura, claramente una mayor dimensión de la contractura enfatizará y empeorará los efectos mencionados anteriormente.
¿Cuál es el tratamiento para la contractura muscular?
El tratamiento de contracturas musculares, gracias a que su carácter es relativamente leve, se basa en seguir sencillas pautas que pueden minimizar e incluso eliminar los efectos que tiene la contractura múscular
- Primeramente se debe alejar del mecanismo que está ocasionando la lesión. Por ejemplo, si es un ejercicio, un gesto o una posición que está originando esta contractura, se debe evitar la realización de los mismos. En muchas ocasiones, el reposo es el mejor método de curación.
- La termoterapia o la aplicación de calor en el área afectada, como las almohadillas eléctricas, son unos de los tratamientos válidos usados para tratar la contractura. El calor permite la vasodilatación y contribuye a la depuración sanguínea del segmento múscular, también provoca una relajación casi inmediata de alivio gracias a su efecto analgésico y relajante.
- Los baños de contrastes también son utilizados para tratar los efectos dolorosos que generan las contracturas musculares. Esta técnica está basada en el uso de manera alterna del agua fría y caliente, lo que genera reacciones sucesivas de vasoconstricción (debido al frío) y vasodilatación (por el calor), lo que estimula de gran manera la circulación de la zona que está siendo tratada.
- El uso de antiinflamatorios de ingesta oral o aplicación cutánea permite la recuperación de la zona dañada.
- La masoterapia es un método eficaz para el tratamiento de este tipo de alteraciones, no existe mejor remedio ante la contractura que el uso de diferentes técnicas de terapia manual aplicada por profesionales, en la plataforma de FisioCampus contamos con cursos de masaje fisioterapéutico para el tratamiento de lesiones musculoesqueléticas con los más actualizado acerca de este tema, enfocado principalmente a fisioterapeutas que requieran ampliar sus conocimientos en el área y mejorar su aplicación.
- Los estiramientos y el ejercicio con enfoque terapéutico contribuyen en gran medida a combatir las contracturas musculares que ocasionan dolor de espalda.
Las contracturas musculares realmente no responden a un patrón estándar en relación a su tiempo de recuperación, debido a que se origina por sobrecarga no es posible discernir cuánto tiempo lleva esa zona “cargándose”. No obstante, es posible establecer de forma genérica que el tratamiento de una contractura prolongada puede ser de dos a tres sesiones de fisioterapia, con días de reposo de por medio y una vuelta a la movilidad de manera progresiva. Con esto se llega a la conclusión de que en una y dos semanas puede ser eliminada por completo y de esta manera el paciente puede volver a sus actividades de la vida diaria con total garantía.
¿Cómo prevenir una contractura múscular?
La mejor manera de prevenir una contractura múscular o de evitar recaídas es teniendo en cuenta los siguientes puntos:
- Evitar gestos o movimientos repetitivos que afectan la musculatura dorsal. Si la contractura es producida debido a una contracción sostenida en el tiempo, una repetición de manera constante de una contracción favorecerá la aparición de la misma. Es inevitable en el ámbito laboral repetir gestos o movimientos que se requieran, por lo tanto, es conveniente realizar rutinas pequeñas de ejercicios de estiramientos y movilizaciones articulares de la zona que está expuesta a la lesión. Estas rutinas deben ser repetidas de forma periódica durante la jornada laboral.
- Adoptar una correcta higiene postural permitirá reducir la aparición de las contracturas, ya sea en el sofá, en la silla del trabajo o a la hora de dormir es ideal una postura correcta que impida el surgimiento de estas lesiones. Una postura incorrecta puede provocar contracciones forzadas de la musculatura de manera continua, mientras mayor sea el tiempo de la postura incorrecta, mayor contractura desencadenará. Lo recomendable para adquirir este tipo de posturas es el uso de materiales que garanticen estos principios, como sillas ergonómicas en el área laboral o un colchón de calidad que se adapte bien para el descanso.
- Antes de comenzar alguna actividad física es necesario realizar un calentamiento adecuado. Dicho calentamiento permite adquirir a la musculatura la temperatura ideal y una activación articular adecuada antes de realizar ejercicio, esta es la mejor manera de prevenir una posible lesión.
- Casi todos los métodos de tratamiento utilizados para la recuperación de contracturas musculares son válidos para prevenirla, los baños de contraste, los masajes o la aplicación del calor, contribuyen de gran manera para evitar la aparición de esta lesión.