La tendinitis del músculo supraespinoso es una de las causas más frecuentes de consulta médica. Debido a la frecuencia en la que surge y la sintomatología que presenta esta patología es necesario abordarla a través de técnicas de fisioterapia eficientes, de las cuales hablaremos a continuación.
¿Qué es la tendinitis del supraespinoso?
El músculo supraespinoso es el principal músculo que inicia el movimiento y el cambio funcional del brazo en abducción, flexión y rotación externa, dentro de la fosa glenoidea. El mismo actúa conjuntamente con el deltoides en los primeros 90 grados de aducción, este músculo se caracteriza por ser el principal apoyo estático del húmero dentro de articulación glenohumeral, mantiene la cabeza del húmero junto a la cavidad glenoidea de la escápula siendo el principal músculo que resiste la luxación inferior del hombro.
La tendinitis del supraespinoso es la inflamación de este músculo que se desencadena debido al roce o movimientos repetitivos del mismo, se caracteriza por ser una de las causas más frecuentes del hombro doloroso.
La tendinitis del supraespinoso es una alteración por sobreuso que provoca dolores y discapacidad en el hombro, en la parte superior del brazo. Comúnmente la bursitis subacromio subdeltoidea, la tendinitis bicipital y los cambios generativos acromioclaviculares acompañan a las lesiones que afectan el manguito rotador.
Epidemiología del hombro doloroso
El hombro doloroso presenta una prevalencia entre un 3 a un 7%, como incidencia anual es aproximadamente de 6,6 a 25 casos por 1000 habitantes siendo más incidente entre la cuarta y la sexta década de la vida.
Las principales causas que desencadenan dolor de hombro es la patología del manguito rotador, especialmente la tendinitis del supraespinoso la cual desencadena un 65% la causa del dolor de hombro.
Está alteración del músculo supraespinoso está directamente asociada con la edad siendo más frecuente su aparición entre la cuarta y la sexta década de vida, además de ello también tiene prevalencia en el género femenino.
Esta patología ha ido incrementando en el ámbito deportivo donde se realizan técnicas incorrectas y en condiciones laborales donde la ergonomía no es la más adecuada.
¿Cuál es el origen de la tendinitis del supraespinoso?
Existen dos tipos de factores que pueden desencadenar esta patología:
Factores extrínsecos
Son aquellos que actúan por fuera del manguito rotador y desencadenan esta patología originando cambios. Muchos autores dicen que esto surge debido al rozamiento del manguito rotador contra margen anterolateral del acromion y el ligamento coracohumeral.
Los movimientos que se realizan en la articulación durante actividades deportivas o trabajos que requieren posiciones extremas del brazo influyen en gran medida al surgimiento de esta patología.
Según Neerla lesión de manguito rotador se clasifica en tres grados progresivos: inflamación o hemorragia tendinosa, degeneración o fibrosis y rotura tendinosa.
Factores intrínsecos o degenerativos
Los cuales actúan dentro del tendón, lo que origina la degeneración primaria del mismo. Numerosos autores piensan que los factores intrínsecos desencadenan esta patología como son la hipovascularización y la degeneración propia del tendón supraespinoso. Esto está principalmente relacionado con área de menor vascularización dentro del tendón supraespinoso que posee menor capacidad de reparación del colágeno y mayor probabilidad de sobrecarga.
En la actualidad es considerado un proceso multifactorial en la cual se involucran tanto procesos intrínsecos como extrínsecos.
Esta área ha sido descrita por Codman y la denominó zona crítica debido a que se considera un área predispuesta a la degeneración y a la rotura. Los factores predisponentes pueden estar relacionados con microtraumatismos, el uso excesivo de ese tendón y el envejecimiento del mismo.
En la actualidad es considerado un proceso multifactorial en la cual se involucran tanto procesos intrínsecos como extrínsecos. La degeneración del tendón surge como parte de un proceso de envejecimiento que sumado a las sobrecargas y los movimientos de repetición llevan a un progresivo fallo tendinoso y por consecuencia su rotura.
¿Cuál es la sintomatología de la tendinitis del supraespinoso?
El inicio de los síntomas de esta patología es variable pueden aparecer de forma aguda luego de un traumatismo en donde se aplicó una fuerza brusca, aunque en gran mayoría de los pacientes se produce una evolución con progresión de los síntomas.
El dolor presente en esta patología se localiza siempre en la porción anterior lateral y superior del hombro y comúnmente se refiere a hasta la porción superior del brazo a nivel de la inserción del deltoides.
Otros síntomas que se caracterizan son la debilidad y la limitación para la movilidad, comúnmente los pacientes refieren fatiga e incapacidad a levantar el brazo por encima del nivel del hombro y refieren limitaciones para realizar actividades de la vida diaria comunes como vestirse abrocharse levantarse o levantar objetos pesados.
La limitación de la movilidad se produce normalmente en pacientes con síntomas crónicos los cuales pierden de entre un 10 a un 15% en la abducción y rotación.
¿Cuál es el tratamiento para la tendinitis del supraespinoso?
Existen dos tipos de tratamiento, el quirúrgico y el conservador, el primero está destinado a pacientes en donde el tratamiento conservador ha fracasado y hay una afectación severa con síntomas significativos o una rotura del manguito rotador que va más allá de 1cm, el objetivo de esta intervención es la reparación de la rotura del manguito con el objetivo de establecer la continuidad entre el músculo y el hueso y así el paciente pueda recuperar la fuerza y su función.
En relación al tratamiento conservador este va enfocado en un tratamiento médico con el uso de AINES e infiltración con corticoides y el tratamiento mediante la fisioterapia.
En la redes de clínicas FisioClinics el tratamiento conservador fisioterapéutico está enfocado en aliviar el dolor, promover la curación y disminuir los espasmos musculares, así como aumentar el rango de movimiento de la articulación, fortalecer los músculos que se encuentran debilitados, favorecer a la prevención y tratar el deterioro funcional que puede estar presente en este tendón.
Dentro de la fase aguda de esta patología se aplicará crioterapia y un reposo relativo.
- Anteriormente se recomendaba el reposo el uso de un cabestrillo y debe durar aproximadamente de 48-62 horas. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que en las patologías tendinosas esta movilización está contraindicada, debido a que la carga sobre el tendón estimula directamente la producción de colágeno y que la inmovilización produce un acortamiento y una ineficacia en la regeneración del tendón.
- Terapia o la aplicación de frío mediante compresa es una de las opciones más utilizadas en las 48 horas tras la lesión, se aconseja la utilización de estas en un periodo más de 20 minutos dentro de 3 a 5 veces al día.
El frío se caracteriza por ser analgésico además de disminuir los cambios químicos, vasculares, inflamatorios y minimizar el espasmo protector que puede estar presente en las lesiones.
- Luego de las 48 horas la termoterapia es una metodología eficaz para el tratamiento de diferentes lesiones, ya que incrementa la cicatrización, elimina los depósitos y toxinas químicas, además de favorecer la regeneración en la zona afectada.
- Además de los agentes físicos también se puede incluir la fisioterapia manual, aplicando movilizaciones de articulaciones para movilizar y estirar las partes blandas.
- Los ejercicios supervisados prescritos tienen la finalidad de mejorar la amplitud de movimiento y la función muscular, además, de la restauración de la movilidad y la estabilidad del hombro. Estos ejercicios proporcionan efectos beneficiosos para todos los componentes sistema musculoesquelético, sobre todo en los elementos tisulares de la región escapulohumeral.
La movilidad escapular a través de ejercicios de fortalecimiento es de gran provecho, ya que se ha demostrado que los músculos escapulares son débiles en estos pacientes que padecen de tendinitis, si estos músculos son débiles y su flexibilidad escapulotorácica se encuentra limitada, entonces es ideal aplicar una carga adicional en el músculo glenohumeral en la actividad cotidiana en las actividades atléticas y lástima de superiores.
Como se explicó anteriormente la vascularización de este tendón es prácticamente escasa y posee una zona conocida como la zona crítica que se encuentra con poca irrigación sanguínea y se localiza a 5 cm de la inserción en el supraespinoso, durante el ejercicio hay un aporte sanguíneo en el tendón y contribuye al proceso de curación.
- El ultrasonido también es usado como una intervención fisioterapéutica debido a que aumenta el flujo sanguíneo, la permeabilidad y el metabolismo tisular, además de contribuir a la elevación del umbral del dolor y a las alteraciones de la actividad neuromuscular que produce una relajación muscular, siendo efectivo en estas patologías que afectan al tendón.
- La corriente diferencial bipolar promueve la reparación a través de la elevación del umbral del dolor y la incitación a la relajación muscular.
- En relación con la terapia de ondas de choque extracorpóreas numerosos estudios demuestran que estas no son efectivas en la tendinitis no calcificada del supraespinoso, sin embargo, muestran resultados extremadamente positivos en las tendinitis calcificantes.
El tratamiento de fisioterapia en caso de dolor de hombro permitirá una recuperación óptima del brazo del paciente con este tipo de dolencias, es por ello que es importante acudir con un terapeuta en los estadios tempranos de lesión, así el paciente podrá recuperar su calidad de vida y volver a desenvolverse manera satisfactoria en su actividad de la vida diaria.