La rodilla es la articulación más compleja y grande del cuerpo, además desempeña un papel fundamental para la movilidad de la pierna debido a su movilidad de flexo-extensión para desempeñar múltiples actividades del día a día. Debido al sobreuso que le demos podemos desencadenar múltiples alteraciones en su morfología, que podrían provocar una inflamación del tendón, sobre todo si realizamos prácticas deportivas. Acá te estaré explicando el tratamiento fisioterapéutico que podemos ejecutar en los atletas.
La tendinitis rotuliana forma parte de las lesiones deportivas más frecuentes, si quieres saber más acerca de cómo abordar este tipo de lesiones que afectan a los atletas, no te pierdas nuestro congreso de fisioterapia y deporte.
¿Qué es la tendinitis rotuliana?
La tendinitis rotuliana o también denominada rodilla de saltadores, es una inflamación o lesión del tendón rotuliano, el tejido que une la rótula a la tibia.
Se la conoce por la rodilla del saltador porque se produce por la repetición muy continuada del salto. Inicialmente se percibe como un dolor que se acompaña de inflamación en el tendón, por debajo de la rótula.
La rodilla del saltador es una patología relacionada a deportes que involucran saltos continuos y que producen sobreesfuerzo en el tendón rotuliano.
¿Cómo se produce la tendinitis rotuliana?
Es una lesión que se produce por sobrecarga, movimientos repetitivos que causan daño o irritación en los tejidos. Existen factores intrínsecos y extrínsecos relacionados con la actividad siendo de mayor importancia una sobrecarga en los entrenamientos.
Se cree que la causa de la tendinopatía es la sobrecarga funcional…
La tendinopatía patelar crónica afecta principalmente a deportistas con sobrecarga del mecanismo extensor de rodilla.
Factores de riesgo de la tendinitis rotuliana
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Deformidades de los ejes de la pierna.
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Defectos rotacionales del fémur y la tibia.
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Discrepancia de miembros inferiores.
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Patela alta o patela baja
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Aumento en el entrenamiento con peso.
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Sobrepeso.
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Falta de dorsiflexión del tobillo.
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Varo o valgo de la rodilla
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Falta de flexibilidad de los isquiotibiales y del cuádriceps
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Alteraciones en la pisada, un mal apoyo del pie puede favorecer este tipo de lesión.
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Práctica deportiva en canchas duras.
Una biomecánica alterada de los miembros inferiores, así como una mala técnica de salto y aterrizaje pueden ser factores de riesgo. También, un aterrizaje rígido con una disminución en la flexión del tobillo y la rodilla (aterrizaje rígido) puede aumentar el riesgo de tendinopatía rotuliana.
Fisiopatología de la tendinitis rotuliana
Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira de su tendón y a su vez este tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, permitiendo que la rodilla se enderece. En cambio, al flexionar la rodilla, los músculos de la corva tiran de la tibia, y esto hace que la rodilla se flexione. Una vez entendido esto a continuación te explicare que sucede cuando se presenta la tendinitis rotuliana:
En la rodilla de saltador, el tendón rotuliano está dañado y dado a que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, el daño en él hace que la rótula pierda el soporte o el sostén.
Además, en el foco de la lesión se van a encontrar propiedades degenerativas, regenerativas e inflamatorias. Lo que sucede es que el tendón se degenera y se manifiesta con fibrosis, desorganización del colágeno y micro cicatrices.
Incidencia de la tendinitis rotuliana
Esta lesión afecta fundamentalmente a deportistas ya que se produce por sobrecarga. Es muy común en jugadores de baloncesto, jugadores de voleibol, pero también en otros deportes como el tenis o incluso en corredores. Tiene mayor incidencia en el sexo masculino.
Síntomas de la tendinitis rotuliana
Síntomas generales
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Dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula).
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Rigidez en la rodilla, en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras.
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Dolor al flexionar la rodilla, dolor en el cuádriceps.
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Debilidad en la pierna o la pantorrilla, problemas de equilibrio.
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Aumento de la temperatura, sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla.
Síntomas según el estadio de la lesión:
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Estadio 1 - El dolor sólo después de la actividad, sin menoscabo funcional.
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Estadio 2 - Dolor durante y después de la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte.
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Estadio 3 - Dolor prolongado durante y después de la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio.
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Estadio 4 - Rotura completa del tendón que requiere reparación quirúrgica.
¿Qué tan grave puede llegar a ser la tendinitis rotuliana?
Este daño repetitivo establece una degeneración del tejido celular, entonces el cuerpo no puede reparar el tejido dañado y la tendinitis rotuliana se transforma en tendinosis: una enfermedad crónica dolorosa que puede tardar meses o incluso años en curar, especialmente si la persona no tiene el compromiso de estar curado antes de competir de nuevo o realizar otros esfuerzos. Esto causa dolor y debilidad en la rodilla, y dificulta el enderezamiento de la pierna.
Todo esto va a desfavorecer notablemente en el rendimiento deportivo del atleta.
¿Cómo evaluar tendinitis rotuliana?
Inicialmente realizamos una valoración subjetiva, en donde recolectamos la mayor información posible sobre los síntomas y cómo se desarrollaron. Es importante tomar en cuenta el tipo de deporte que realiza el paciente y a las cargas a las que este se encuentra sometido diariamente. Luego procedemos a realizar la exploración física, donde inspeccionamos y valoramos las estructuras, midiendo la movilidad, fuerza, sensibilidad y funcionalidad del paciente.
Una vez tengamos el diagnóstico fisioterapéutico, vamos a definir nuestros objetivos y métodos de tratamiento.
También es de gran ayuda el uso de pruebas de imagenología, como Ultrasonido y RM, para saber qué tan afectado se encuentra el tendón.
¿Cómo desinflamar la tendinitis rotuliana?
Primera fase (aguda)
El tratamiento está enfocado de manera inicial en permitir reposo del tendón afectado
Una recomendación común es el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación).
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Reposo de la zona afectada: Desde que se empiecen a notar las primeras molestias o desde que se produce la lesión hay que mantener la zona afectada inmovilizada con el fin de no agravar la lesión.
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Aplicar frío local: Esta es la segunda medida, después de la inmovilización de la zona afectada, que hay que tomar por las siguientes razones: Disminuye el edema, calma el dolor, reduce el espasmo muscular y favorece la recuperación del tejido. La aplicación de frío local se realizará durante las primeras 24- 48 horas desde que se produce la lesión cada 3-4 horas a intervalos de 20 minutos.
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Compresión: Se debe comprimir la zona mediante un vendaje elástico con el fin de reducir el edema y la hemorragia producidos en la lesión.
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Elevación de la zona: Se recomienda elevar la zona afectada durante los 2 primeros días desde que se produce la lesión con el fin de que se produzca un estancamiento de la sangre en la zona y favorecer el retorno hacia el corazón.
El objetivo de este método es ayudar a reducir el dolor y la inflamación…
Fase 2
Pasada las 48 horas que la zona se entre menos congestionada aplicaremos lo siguiente:
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Termoterapia: en fisioterapia la aplicación de calor como tratamiento facilita la cicatrización y alivia la contractura muscular que se haya producido en la zona.
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Interrupción de las actividades de alto impacto, adaptación a un entrenamiento de fortalecimiento que no implique saltos, golpes o que pueda ocasionar mayor daño a la articulación (ejercicios de impacto mínimo para fortalecer la rodilla).
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Vendaje neuromuscular: para dar sostén a la rodilla, para minimizar el dolor y aliviar la presión del tendón rotuliano.
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Ejercicio terapéutico: Nos concentramos en aplicar ejercicios de excéntricos para mayor fortalecimiento especialmente los grupos de músculos que soportan peso como los cuádriceps y los de la pantorrilla. Acompañado de sentadillas.
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Estiramientos, ejercicio que permite elongar los músculos elongados y equilibrar las tensiones.
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Reeducación postural: para reequilibrar las cadenas musculares
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Masaje transverso profundo: con el fin de reorganizar las fibras colágenas del tendón y favorecer el proceso de reparación del mismo.
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Terapia manual: para la liberación miofascial del cuádriceps.
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Ondas de choque: se emplea en fisioterapia con el propósito de promover la regeneración y procesos reparativos del tendón.
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Ultrasonido: se usa para disminuir la inflamación, favorecer los procesos curativos y brindar alivio del dolor.
Fase 3 (de vuelta a la función)
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Ejercicios propioceptivos
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Ejercicios de coordinación
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Ejercicios funcionales
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Práctica del gesto deportivo: estos van a depender del deporte que desempeñe el atleta.
Es sumamente importante respetar las fases de reparación de los tejidos, para que así no alteremos el proceso de curación. Debemos respetar los tiempos de reposo y evitar en un principio volver a sobrecargar al tendón antes de tiempo.
La fisioterapia deportiva siempre se basa en buscar como objetivo la reincorporación del atleta a sus actividades. Si no ofrecemos un plan de tratamiento adecuado el atleta puede verse perjudicado en su rendimiento deportivo.
En conclusión, la fisioterapia juega un papel importante en la recuperación de los atletas con tendinitis rotuliana, ya que el tratamiento irá orientado a la regeneración del tejido del tendón, favoreciendo la formación y maduración del colágeno y una buena orientación del mismo.